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Friday, March 16, 2007

¿Matrimonio feliz? Camas separadas

Más y más parejas en Estados Unidos están ordenando dormitorios separados en sus nuevas casas para asegurarse de contar con un matrimonio con mayor armonía, sugiere una investigación.
Un sondeo de la Asociación Nacional de Constructores de Casas predijo que para el año 2015, 60% de las casas construidas bajo demanda tendrán dos dormitorios principales.
El deseo de descansar mejor está detrás de esta tendencia, pues los expertos aseguran que la falta de un sueño decente puede provocar tensión marital.
La opción de contar con habitaciones separadas ha contribuido a mejorar los matrimonios, aseguran los especialistas.
Gopal Ahluwalia, de la citada asociación, dijo que la tendencia "era una demanda del mercado que seguirá presente".

"Alcoba flexible"
Los dormitorios separados se toman frecuentemente como el símbolo inequívoco de que una relación está en problemas, pero para muchas personas el asunto se ha convertido en una necesidad práctica.


Ronquidos, visitas nocturnas al baño, el cuidado de los niños y empleos en la noche pueden privar a las parejas de las recomendadas siete u ocho horas de sueño cada día.
La situación se ha vuelto más grave desde que los roles de género comenzaron a cambiar, haciendo que tanto hombres como mujeres se involucren en el mercado laboral y en la crianza de los hijos.
La experta en familias, Sthepanie Coontz, le dijo al New York Times que había muchas parejas "con la suficiente confianza de contar con un buen matrimonio, pero que no disfrutan particularmente el dormir en la misma habitación".
"No creo que tenga nada que ver con su vida sexual", aseguró.
Al menos los constructores pueden llamar "alcoba flexible" a la habitación extra para evitar sentirse avergonzados.
El periódico sugiere que esta tendencia no es exclusiva de los consumidores con alto poder adquisitivo.
Lana Pepper, de San Luis dijo que había tenido que cambiar varias cosas en su nuevo departamento para lidiar con un esposo inquieto.
"Mi esposo aún está con vida. Sin los cambios, lo hubiera matado", afirmó


Wednesday, March 14, 2007

El secreto, el movimiento si importa!

Efectivamente, hay "algo" en la forma en que ella se mueve. Y también en la manera que él tiene de caminar, reveló un estudio.
Un par de investigadores de la Universidad de Nueva York descubrió que para ser considerada atractiva, una mujer debe caminar y moverse de forma "femenina", moviendo las caderas.
Esto echa por tierra las teorías matemáticas y los "cocientes ideales" de la relación cintura-caderas, que colocaron la figura "reloj de arena" en el pedestal durante años.
Y los hombres -concluyó el estudio publicado en la revista Estudios de la Academia Nacional de Ciencias-, deben por su parte contonearse también, pero a la altura de los hombros.
Cuanto mejor lo hagan, más atractivos se los percibirá.

Durante mucho tiempo un factor clave en el concepto de atractivo femenino fue la proporción justa de cintura y caderas.
Marilyn Monroe y hoy en día Beyonce Knowles o Jennifer López son ejemplos famosos de mujeres con la "figura ideal".
Su popularidad -dicen los expertos- puede deberse a que los medios las colocaron donde están, o a que las mujeres occidentales no necesitan desfilar por el mundo con cuerpos poderosos o de músculos definidos: de hecho no los necesitan.
El estudio estadounidense, que también fue publicado en el periódico Psychological Science, demuestra que ni Monroe ni las divas actuales lograrían el estatus de símbolo sexual si no se movieran correctamente.

La proporción ideal de cintura-caderas para una mujer equivale a tener una cintura que no supere al 70% de la medida de sus caderas.
Pero Kerri Johnson y Louis Tassinary, los directores del estudio, dijeron que las pruebas con más de 700 participantes concluyeron que el atractivo no es una simple cuestión numérica.
A los voluntarios se les mostró figuras, masculinas y femeninas, quietas y caminando.
Los investigadores escribieron: "La forma del cuerpo y los movimientos, provocan percepciones sociales básicas, como la identificación del sexo: femenino o masculino".
También se decodifican cuestiones como la raza, la manera de andar, la relación entre la cintura y las caderas, y el largo del cabello.
"La compatibilidad de esos primeros elementos permite predecir el atractivo percibido", afirman los expertos.
El equipo afirma que sus hallazgos sólo se aplican a la civilización occidental contemporánea, y que otras culturas tendrán formas distintas de catalogar a las personas como "muy femeninas o muy masculinas" de acuerdo con sus propios criterios de femineidad y masculinidad.